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Virgen María.

martes, 22 de diciembre de 2009

EL Norte de la mente.

Hace 3 días estaba vendiendo el semanario católico "Cristo Hoy", y vi sin querer un camión que se frenaba en la esquina por un rato, en ese tiempo, pude ver que era de una empresa, de auxilio mecánico llamada: "NORTE Auxilio Mecánico.", y casualmente minutos antes de esto yo pensaba que la mente, que es el norte de nuestro cuerpo, es un auxilio "mecánico", para solucionar algunos problemas demasiado sentimentales o conflictivos que tenemos.
Pues la mente o el intelecto, es el norte o director del alma y del corazón, es la guia que nos sujeta al buen destino de nuestro accionar y sentir.
Muchas veces yo he tomado decisiones a la rápida y sin darme cuenta de las consecuencias que podrían ocurrirme, por no sentarme a pensarlas tranquilamente en mi mente y en mi corazón que tiene la última palabra.
Para ello existe el cerebro del hombre, que vendría a ser el Hemisferio Norte del Planeta, (EE.UU, Europa, Rusia, etc) que ha tomado decisiones apresuradas y está dandose cuenta que está contaminando el mundo con los recursos naturales no renovables.
Por tal motivo, se reunieron recientemente los lideres de todo el Planeta para ver como pueden bajar los niveles de emición de gases toxicos, causantes del efecto invernadero.
Ahora más que nunca el corazón de los terricolas, que en otra época se llenó de orgullo por las obras faraónicas que inventó el hombre, hoy se dá cuenta que la mejor manera de vivir la vida es naturalmente y sin tanta contaminación, que todo aquel que vá contra la Naturaleza, la Naturaleza se vuelve contra él.
Reflexionemos (Como siempre dice el Padre Gandur) y veamos que las obras de los hombres si no van acompañadas por las leyes naturales del ecosistema y por las leyes sobrenaturales de Dios o Jesús, no deben ser hechas o ejecutadas, pues para ello Dios nos dió la mente, pues para indicarnos el norte de todas nuestras acciones, el sentido último de nuestro obrar, y tener así una explicación lógica y coherente de nuestro quehacer cotidiano.
De Nicolás José Neville.

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