Una catarata es más agresiva que un río por su velocidad: con los actos de los hombres pasa lo mismo.
* El hombre agresivo debe sus actos, a lo que anida en su corazón, por eso no se trata tanto de velocidad o lentitud, sino de los sentimientos y pensamientos que el individuo puede hacer crecer en el alma.
* Pero la lentitud, es una buena consejera, para la obra de Dios, pues el Evangelio habla de : bienaventurados los mansos de corazón porque ellos heredarán el cielo (o algo así) y sólo el humilde acepta todo con mesura.
* Una flor no se puede tocar a la rápida,
Un bebé no se puede acariciar a la rápida,
Un amor no se puede besar a la rápida,
Una oración no se puede rezar a la rápida,
Un gesto de amor debe tener:
Lentitud, amor, templanza, entrega y no por ello debe ser sin pasión.
19/09/2004 . De Nicolás José Neville.
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