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Virgen María.

viernes, 27 de marzo de 2009

Misterios del Rosario Meditado. (Dolorosos)


(Por Nicolás José Neville)
Días viernes y martes: Misterios Dolorosos...

Primer Misterio doloroso:
La oración de Jesús en el huerto de los olivos.
Jesús pide oración, pide un poco de sacrificio, pero sus seguidores se duermen; y en ese silencio de muerte, EL Hijo de Dios, suda sangre, y pide a su Padre no beber del cáliz que le tiene preparado, pero por amor a los hombres y por obediencia inquebrantable a Él acepta la copa, acepta la Voluntad Divina ya que Él en su ser tiene esa esencia Divina. No busquemos más otras cosas extrañas, solo cumpliendo la voluntad de Dios en las palabras de Jesucristo, cumpliremos definitivamente lo que es ser hombre e hijo de Dios al mismo tiempo.


Segundo Misterio doloroso:
La flagelación de Jesús atado al poste.
Él nos dijo, que si te pegan en una mejilla ofrezcas la otra, pues el lo cumplió para darnos el ejemplo de bondad, humildad y mansedumbre. Su silencio era aterrador para sus verdugos, pues no profería queja alguna entre tantos latigazos, Su justicia es la justicia de la locura por el perdón y la misericordia. Nunca nadie amó tanto, ni nadie lo podrá hacer, a menos que seamos guiados por el Espíritu Santo y cumplamos Su Voluntad fielmente.
Todos somos profetas si hacemos lo que decimos, así de fácil es seguir nuestras convicciones y al mismo tiempo a Dios.


Tercer Misterio doloroso:
La coronación de espinas
El Rey del Universo, el Dios encarnado, el Juez eterno, humillado con la corona de espinas, ni al mas vil de los reyes lo hubiesen coronado así, por eso Él nos dijo, Yo soy el primero y el último, el alfa y el omega, El Rey más humillado y a su vez el Rey de Reyes, el que se hunde para elevarnos, el que se sacrificó de una vez y para siempre, para que Dios nos perdone.
La caridad es como una rosa, pues Jesús nos ofreció los pétalos y se guardó las espinas para Él.

Cuarto Misterio doloroso:
Jesús con la cruz a cuestas camino al calvario.
Sobre su hombro cargó el madero que sería el signo de nuestra redención, dicen que la besó antes de cargarlo, pues ella, la cruz, sería su emblema de la pasión por nuestros pecados, y el ejemplo de los humanos, para que sepamos llevar con amor nuestras cruces, sin quejarnos, y es más, agradeciendo a Dios por sufrir por Cristo que sufrió mas que todos, pues el murió dando la Vida por nosotros los pecadores, siendo Él: Cordero de Inmolación sin mancha alguna. Felices los que saben lo que hacen, felices los que sufren por Cristo y en Cristo, felices los que llevaron su cruz hasta el fin de sus días.


Quinto Misterio doloroso:
Jesús muere en la cruz.
Jesús murió, pero su muerte, luego “matará” a la muerte y “vivirá” a la vida.
Para Él la muerte está muerta, porque el es Vida, Vida en abundancia y Vida eterna, Él es como un Río de Aguas Vivas, y como todo río da vida, y regala generosamente sus aguas para el que la necesite; unamos nuestras aguas al Gran Río Santo, ese Río que brotó del costado de Jesús cuando lo traspasaron. El Hijo del Hombre nos dejó antes de morir, a su Madre como Madre de todos en la figura de su discípulo amado Juan, sepamos aceptar la voluntad de Dios y tomemos a María como la Madre dulce de nuestras vidas.

De Nicolás José Neville. 27/03/2009.

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