Porque moriste por nosotros,
Porque tienes palabras de vida eterna,
Porque tomaste nuestra condición,
Porque nos diste a María como Madre de todos,
Porque nos diste a Diós como Padre de todos,
Porque nos diste al Espíritu Santo como consuelo
de todos,
Porque te diste a Ti como cordero de inmolación,
por nuestros pecados
Porque Tus Palabras nos mueven hasta la última
fibra de nuestro cuerpo hacia el bién,
Porque lo pequeño se hace grande en tu presencia,
Porque el sol de tu vida puede ser imitado,
Porque nos das una Paz diferente a la del mundo,
Porque nos das la posibilidad de creer en Tí,
Porque nos haces protagonistas de nuestras vidas,
Porque sentir Tu Presencia ya es un milagro,
Porque a veces no hay un porque de Tu Bondad,
Porque en los momentos difíciles estás ahí,
Porque si en el cielo Tu nos miras y en la tierra
nosotros alzamos la mirada ya no habrá poder
alguno que nos separe de Tu Misericordia y de Tu
Gracia santificante hasta el fin de los tiempos.
De Nicolás José Neville 8/4/09.
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