Oh pobreza fuente de riqueza.

Dolor, estrecha morada,
Tú, que sabes de pobrezas,
Tú, que quieres sacrificios,
golpea esta alma sedienta,
Para no caer en precipicios.
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Sacude el polvo del destierro,
Del país de la indomínia,
Forja un camino de hierro,
Como el pobre y su desdicha,
Que transforma en hombre bueno.
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Poco sabe uno de tu riqueza,
De la fuente de esperanza,
Poco se de ti pobreza,
Poco se de tu templanza,
Que el camino endereza.
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Si me agacho un poquito,
Y veo por los cerrojos,
En la puerta de Diosito,
Encontraré nuevos ojos,
Que verán un cielo distinto.

Fin

De Nicolás José Neville jueves 9 de octubre de 2008