Desarrollo de la intuición también.

En un libro que estoy leyendo, de Jaime García Serrano, que se titula "Sea usted una computadora humana", habla de que con unos pequeños trucos de memorización y asociación, uno puede dejar boquiabierto a cualquiera y sorprenderlos con ejercicios matemáticos que se resuelven en la mente, antes que cualquier computador o calculadora. El autor es muy inteligente, pues desde chico vió la manera de hacer los ejercicios matemáticos con mayor velocidad y facilidad, y si a esto le sumamos otros trucos de otros autores, el libro es una receta práctica para memorizar y relacionar, palabras y números, e ideas y cifras.

Lo bueno de este libro es que con ejercicios simples se consigue una gran memoria e ideas relacionadas con los ejercicios, pero yo creo que el ideal de un hombre no es ser una computadora humana, sino que por el contrario a "la computadora" le gustaría ser un ser-humano por eso el título de este artículo es el "Desarrollo de la intuición". Pues ya le gustaría tener intuición a una computadora, o ya le gustaría a las máquinas tener un 6to sentido, si fuera así de fácil, ya nos hubieran dominado hace rato los robots y demás yerba.

Por eso les propongo no sólo tener buena memoria sino también una buena intuición, tal como me sucede a mi a diario con las demás personas con que convivo. Por ejemplo hoy mientraz esperaba en la parada de omnibus, le adiviné en una conversación a una señora lo siguiente:

- usted es enfermera,- le dije al ver su vestimenta médica pero totalmente roja.

- no: soy médica,

- ¿Ustéd es pediátra?, le dije en un momento de inspiración

- si, siempre fuí pediatra pero ahora me quiero jubilar

Así pues con el corazón y la mente alineado a mi inspiración, logré adivinar que era pediatra, quizas no tanto al principio cuando le dije que si era enfermera, pero luego que me dijo que era médica, una corriente electrica me dijo que actuara ya mismo y le dijera que si era pediatra.

Asi también hoy, luego de bajarme del omnibus, vi a una chica conocida de vista de un barrio lejano, que le dije o que le adiviné que se llamaba Eugénia, y no recuerdo nunca que ella me haya dicho su nombre alguna vez en la vida.

Así, mis queridos amigos esta aventura de la vida no pasa solo por las neuronas y la ideas, sino también por el corazón y la intuición, y que no niego que ambos (neuronas e intuición) deben ser desarrollados, uno con ejercicios preestablecidos (neuronas)y otros con audacia del corazón (intuición).

de Nicolás José Neville (Juan de Dios)