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Virgen María.

viernes, 19 de junio de 2009

El Gran Paseo.


Las siguientes palabras son un itinerario de la búsqueda de la tranquilidad y del equilibrio espiritual. Lo más aconsejable es que usted cierre los ojos y se ponga cómodo mientras otro le lee estas palabras, que son un proceso de relajamiento profundo que lo puede practicar por lo menos una vez al día y en su trabajo en la hora de descanso. Nosotros paseamos todos los días por las calles de nuestro barrio o ciudad, pero también existe un paseo mas apasionante y fortalecedor que es nuestro propio cuerpo, anímese a pasear por dentro del shopping mas espectacular y confortador, que es nuestro interior, mezcla de espíritu y materia. Descubre tu interior y descubrirás el universo.
Vamos al gran viaje:


Cierre los ojos, adopte una cómoda postura y durante unos minutos afloje su cuerpo.


Empiece por dejar que su cuerpo, se vuelva flojo y suelto.


dirija la atención a las sensaciones físicas en brazos, hombros, espalda, cabeza, estómago y piernas,


así como dentro del pecho, abdomen y las caderas.


Después, lentamente, preste atención a su respiración, advierta la sensación del aire,


que penetra a través de su nariz.

Mientras respira y expira, deje que su respiración, se vuelva más calma y pareja.

No trate de forzar su respiración, simplemente deje que sea natural y fluida.

Cada vez que un pensamiento se le presente para distraerlo,

úcelo como recordatorio, para volver la atención hacia su cuerpo.

Suavemente enfoque su mente otra vez en sus sensaciones.

Déjese ir completamente y húndase profundamente en el cálido sentimiento de haber logrado aflojarse.

recicle nuevamente sus sensaciones dentro de sus sensaciones.

Tranquilícese en su interior, hasta el punto de poder sentir los latidos de su corazón en todo su cuerpo.

Al aclararse su atención más y más, con cada respiración, vuélvala hacia el aflojamiento,

de partes específicas de su cuerpo.

Comience por dibujar mentalmente sus propios rasgos.

Visualice ojo, boca, mejilla y mentón,

forme una vívida imagen mental de cada parte,

soltándose cada vez más, mientras observa.

Cuando vuelva su atención hacia esas partes de su rostro,

podrá descubrir la presencia de tensiones sutiles,

simplemente deje que sus tensiones se disipen a través de la visualización.

Cuando sus facciones se aflojen por completo, dirija la atención a orejas y cuello,

hombros brazos y dedos.

Observe como cada parte va soltándose y se afloja cada vez más.

Cuanto más clara sea la imagen, más profundo será la relajación.

Siga observando el resto de su cuerpo: el pecho, la espalda, el estómago,

piernas, rodillas y dedos de los pies.

Recuerde que no hay que apresurarse, simplemente hágalo disfrutando,

la experiencia de pasear por su cuerpo.

Una vez terminado con el extremo de los pies,

trate de visualizar la totalidad de su cuerpo, como si fuera una estatua aflojada, consiente.

Sumérjase en sus propias sensaciones, de un aflojamiento total.

Sólo déjese ir.

Ahora deje este escrito un momento...

concédase diez o quince minutos y luego afloje su cuerpo, por dentro y por fuera.


Este "viaje interior" es sacado del libro Mental Gym de pagina 46,47,y 48.

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