Cuando el profeta se convierte en discípulo.

Cuando la mar está serena,
Muchos profetas aparecerán,
Pero en medio de una tormenta,
Las profecías cesarán.
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Cuando el paisaje siempre es bello,
La sabiduría es para adornar,
Solo cuando el hombre queda perplejo,
Su corazón se ha de probar.
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El profeta se hace discípulo,
A la hora de arrugar.
Como el fuego prueba el oro,
Así la vida te probará.
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Todos somos profetas,
Si hacemos lo que decimos,
Pero por llegar a la meta,
A veces nos perdimos.
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Busca el ser la gloria
Apunta siempre a lo más alto,
Pero no se olvide que el espanto,
Es parte de la historia,
Y el que pasa esta parodia,
Llegará a ser santo.

Fin.

De Nicolás José Neville (J.u.a.n de Dios) lunes 17 de mayo de 2010